Vicky Ortiz es más que una entrenadora de perros: es una apasionada por conectar corazones. Nacida en Ecuador y bióloga de formación, Vicky ha sentido un profundo e intuitivo vínculo con los animales desde pequeña. Desde pequeña, soñaba con cuidar perros y comunicarse verdaderamente con ellos.

En 2008, se adentró de lleno en el mundo canino, dedicándose al estudio de la etología, el comportamiento y la educación canina positiva. Entrenó intensivamente en Ecuador, Colombia y Chile, aprendiendo de los mejores profesionales de Latinoamérica. En 2009, obtuvo la prestigiosa Certificación Internacional en Terapia Asistida con Animales de la Universidad Mayor de Santiago de Chile a través de la Fundación Bocalán, uno de los programas más prestigiosos en su campo.

Ese mismo año, hizo realidad su sueño y fundó Mano Amiga – Dejando Huella, su primer negocio de adiestramiento canino en Quito y Cuenca, Ecuador. Con amor y experiencia, entrenó a más de 60 perros de todas las razas y edades. También contribuyó a su comunidad colaborando como voluntaria con sus perros en programas de terapia infantil y ofreciendo apoyo emocional en centros educativos. Su trabajo atrajo la atención de los medios nacionales, lo que le valió entrevistas e invitaciones a seminarios en todo el país.

En 2013, Vicky trasladó su misión a Estados Unidos y se estableció en Jersey City, Nueva Jersey, donde continuó su trayectoria. Sus dos queridos labradores, Núa y Bono, se convirtieron en perros de servicio certificados y fieles compañeros en su trabajo. Juntos, ofrecieron consuelo y conexión a personas mayores, niños con discapacidades, estudiantes con estrés académico y viajeros en aeropuertos a través de Creature Comfort Pet Therapy.

En 2015, Vicky se graduó de la Academia de Negocios Comunitarios Rising Tide Capital, adquiriendo las herramientas para abrir Vicky Ortiz Dog Training & Pet Services, un negocio basado en la empatía, el respeto y la fuerza del vínculo entre humanos y perros.

Después de muchos años de aventuras compartidas, Vicky experimentó la desgarradora pérdida de Núa y Bono. Ese profundo dolor abrió un nuevo camino en su misión: apoyar a otros en el proceso emocional de perder a un compañero querido. Hoy, además de continuar su formación en áreas avanzadas de adiestramiento canino, Vicky se certifica como doula de duelo para la pérdida de mascotas. Su objetivo es brindar espacio a los tutores durante el adiestramiento y el crecimiento, así como a través del duelo y el recuerdo.

Vicky dirige cada sesión con corazón, ciencia e intención. Su don no solo reside en ayudar a los perros a aprender, sino también en ayudar a las personas a conectar, comprender y acompañar a sus compañeros en cada paso de la vida. Para ella, el adiestramiento no se trata solo de dar señales, sino de construir una relación que perdure en el amor, el recuerdo y la presencia.